jueves, 2 de abril de 2009

La electrolisis salina. Vida y milagros

Como cualquier otro día Manuel, un colega de soporte de atención al cliente de un fabricante de sistemas para el tratamiento de agua de piscinas, estaba colgado al teléfono un poco aburrido por la repetición de las consultas y reclamaciones, cuando alguien rompió su monotonía:

“Si, buenos días, le atiende Manuel Ruiz, en que puedo ayudarla”, al otro lado de la línea estaba una señora muy nerviosa, bastante enfadada incluso crispada, que de manera reiterada le decía: “Me han engañado, su sistema no funciona, porque yo no floto,… ¡me hundo!, ¡me hundo!.”

Manuel no entendía nada, “cálmese señora, por favor, ¿a qué sistema se refiere Usted?”, “pues a un clorador salino que me he comprado para la piscina, ¡¡a qué sino!!”.

Para no alargarme más, les diré que un distribuidor le había vendido a la señora dicho sistema con argumentos casi milagrosos como que al añadir sal a su piscina la densidad del agua seria tal que, “como pasa en el mar” flotaría en el agua. Además también le habían asegurado que el alto nivel de sal tendría múltiples ventajas terapéuticas para su salud, incluso le hablaron de los beneficios del yodo.

Vamos que más que un sistema de electrolisis, es decir un clorador salino, le habían llevado el “mar” a su jardín con balneario incluido: La isla de la Toja al completo.
Es una historia verídica, como esta que no me resisto a contarles: Hubo un señor que compró sal especial para piscinas, la añadió a la suya y a la semana llamó a donde se la habían vendido quejándose de que el agua se le estaba poniendo verde, y al preguntarle si su equipo de electrolisis tenía algún problema, el señor contesto: “¿Qué equipo?, pero, ¿Hace falta un equipo?”.

Ciertamente son anécdotas, pero denotan dos cosas, la falta de formación de algunos vendedores y de información que tienen los usuarios, así como la capacidad de inventiva de ambos.

Habitualmente los profesionales explican a los clientes que son y cómo funcionan estos equipos, pero para aquellos que ya lo tienen instalado y no hubiera sido así, o los que piensan adquirir este más que interesante sistema de mantenimiento de piscinas, les diré que:

Básicamente y en leguaje llano, para que todo el mundo lo entienda, un equipo de cloración salina es una pequeña “fábrica” de cloro que se instala en el sistema de depuración de su piscina. La sal se añade al agua en una cantidad de 5 gr/l, muy lejos de la proporción que hay en el agua de mar, siendo más próxima a la contenida en la lágrima humana, y suficiente para la producción por electrolisis de desinfectantes: principalmente cloro y en menor escala: oxigeno y ozono.

Por cierto, otro mito que quiero aclarar: el cloro que producimos no es cloro natural, ya que en la naturaleza no solemos encontrarnos dicho producto, a diferencia de las tabletas, es cloro puro sin los estabilizadores que llevan las mismas, principalmente ácido isocianúrico.

¡Pero estén tranquilos! pueden seguir utilizando las tabletas con total seguridad, salvo en concentraciones muy elevadas, difíciles de alcanzar en las piscinas privadas, no resulta peligroso. Aprovecho para volver a comentar aquí, que la española es de las legislaciones más exigentes con los productos que se utilizan en las piscinas, siendo necesaria una homologación específica para su uso en las mismas.

Continuando con el sistema salino, les comentaré que tiene muchas ventajas, entre otras destacaríamos:

- Más comodidad y eficacia: al tener automatizada la desinfección del agua de la piscina, y además sin que tengamos ya que comprar ni almacenar envases con cloro, bromo, oxigeno activo, etc.

- Una desinfección continua de la piscina con niveles mínimos de cloro, que ayudado por los otros desinfectantes mantendrán el agua sana y saludable.

- Una sensación más agradable para la piel, consecuencia de la obligación de mantener en niveles correctos el pH del agua (7,4) para que el sistema funcione a pleno rendimiento. Siendo muy recomendable instalar controladores automáticos del pH, aunque también podemos hacerlo de manera manual.

- Un ahorro importante en productos químicos. Pero hay que tener en cuenta que es preciso hacer una inversión inicial, siendo esta más amortizable cuanto mayor sea la piscina.

Hay muchos profesionales serios que estarán encantados de informarles sobre este tema, eso sí, no fiarse de aquellos que les digan “con esto, lo instalamos y se olvida”, aunque es una gran ayuda y liberan de casi todo el trabajo, hay que prestar una mínima atención al sistema y cuidarse de que funcione correctamente.

Está en juego la salud de toda la familia y eso es cosa seria.

Martín López
Especialista en piscinas